Desde su posible origen en un mercado de Wuhan (China), el virus SARS-CoV-2 ha ido expandiéndose a lo largo de un año, llegando finalmente a todos los continentes. Hay casos confirmados de la enfermedad que produce, la COVID-19, en todo el mundo con un 99,98% de similitud, lo que confirma la replicación y expansión de una sola especie de virus y desde el paciente cero. Tras las primeras infecciones, el virus cambia a un ritmo aproximado de una o dos mutaciones por mes y cuando acumula más de dos que no existen en la cepa original, pasa a considerarse como una variante, que sin embargo raramente posee una mortalidad y tasa de contagio muy distintas.